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Microsoft, de Bill Gates a Satya Nadella

Nadella impulsó la nube y se alió con sus competidores. En la Argentina tiene un sistema con 5.000 socios de negocios que factura 40.000 millones de pesos.

Microsoft, de Bill Gates a Satya Nadella

Cuenta la leyenda que cuando Bill Gates creó Microsoft en 1975, su sueño era democratizar la tecnología con una PC en cada oficina y hogar. Con la llegada de Satya Nadella, 50 años y nacido en Hyderabad, India, el espíritu del siglo XXI parece haber desembarcado en la icónica empresa de Redmond, EE.UU. Nadella impulsó la “nube” en Microsoft y otras iniciativas como el software libre y una política para convivir y hasta aliarse con competidores de la talla de Apple y Red Hat que corre en Linux, por citar algunos. En definitiva, una manera de transformarse desde esa cápsula que entendía el negocio en función de sus programas. “Nos hemos convertido en una herramienta de la transformación digital. El espíritu es el mismo, somos una compañía abierta que empodera a los individuos”, dice en sus oficinas high tech porteñas el CEO local, Diego Bekerman.

Desde 1991 en la Argentina, Microsoft se enfocó en la nube inteligente, “para ayudar a la transformación digital de las empresas y gobiernos”, amplía Bekerman. La nube que representaba el 12% de su facturación, hoy es el 50%. Por cierto, desarrollaron un ecosistema que impacta en 40.000 millones de pesos en la economía con 5.000 socios de negocios que emplean a unas 150.000 personas que se ocupan desde el cableado a la sofisticada fabricación de sensores, lectura de datos complejos y tecnología de inteligencia artificial que se exporta.

La nube aparece como una tabla de salvación para capturar información de los clientes, saber qué quieren, cuándo y cómo, además de volver mucho más eficiente los procesos. Por ejemplo, ya no hace falta abrir oficinas remotas, si las personas tienen acceso al sistema de la compañía.

Uno de los temores es la seguridad de los datos y su privacidad. Bekerman afirma: “Lo menos relevante en una nube es dónde están guardados físicamente los datos. Las compañías tenemos data center en todos los lugares del mundo. En Argentina la ley de protección de datos personales indica que si hay un eventual conflicto, la jurisdicción legal debe ser Argentina. Nosotros operamos la nube de un modo local, respetando la legislación”.

La digitalización no sólo significa capturar información de los clientes y comunicarse con ellos, sino transformar el concepto de los productos y redefinir la empresa. En Microsoft recurren al ejemplo Rolls Royce que en vez de vender turbinas para los aviones, vende servicios de hora de vuelos, ya que sus sensores detectan cualquier inconveniente mecánico. Pero hay varios modelos locales: la argentina familia Bercomat, dedicada a materiales de construcción, generó una solución a partir de entender qué observan y comparan sus clientes con servicios y ofertas que corren por la nube. La cordobesa Kilimo, desarrollada por dos ingenieros en computación y un ingeniero agrónomo, usa el big data y la nube para el riego de precisión.

Sin embargo, lo que llamó la atención para replicar en Microsoft global son los 1.000 sensores que colocó la ciudad de Buenos Aires para leer clima, tránsito, cantidad de gente en un recital o estadio, que se exponen en un tablero de control y permite tomar decisiones en tiempo real.

“Es información que está a disposición de los vecinos y que desarrollamos con Inipop”, asegura Bekerman al afirmar que la filial crece a tasas de dos dígitos.

-¿Cómo se observa desde la corporación a la Argentina?

-Argentina está vista como un polo de innovación que genera ideas que pueden ser imitadas. Es el faro de la innovación de América Latina y de exportación de talento, tenemos un equipo global que viene todos los años a reclutar estudiantes para ofrecerle oportunidades en nuestros centros mundiales.

Fuente: Clarin.com

Recopilación de noticias por Martin Eraso


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